Recuerdo de niña solía jugar con las barajas de naipes o cartas españolas, me deleitaba viendo sus signos y dibujos, andaba con ellas para todos lados, jugaba con mis amiguitas a que yo era la pitonisa – vidente, que les diría su futuro, nos divertíamos mucho, lo que allí se decía, lo tomábamos como chiste y nos reíamos; allí devele que una de ellas moriría muy joven, por miedo no se lo pude decir, solo le dije cuídate amiga, teníamos entre 9 y 10 años de edad, resulta que Ana mi amiguita, que jugando vi que moriría joven, fue atropellada por un corre y murió instantáneamente, a los pocos días de haber jugado.

Calificar a las pitonisas

Muchas personas nos juzgan muy crudamente, solo por decirle lo que ellos no desean escuchar, por lo general las personas que utilizan nuestros servicios, lo hacen por curiosidad, por probar, por retar, por la falta de confianza en sí mismo o porque son personas creyentes a éste poder que tenemos.  Lo importante, es que por lo que quieras o no escuchar,  siempre en todo momento te aportaremos una valiosa y sincera ayuda que nace de nuestro corazón, porque la misión que tenemos las videntes o pitonisas en esta existencia es justamente ayudarte, no perjudicarte.

El poder de la fe

Yo era de las que decía, antes de desarrollar el don de predecir y tomarlo como oficio el ser pitonisa, “ver para creer”, y mis abuelos me regañaban mucho, porque debía tener fe. Ahora, digo siempre el universo nos envía señales, mensajes a través de personas, amigas, videntes, tarotistas, brujas, familiares o a través de los sueños,  que todo ser humano debe estar alerta para verlo y si no tiene desarrollado el don, consúltese, acuda a mis servicios, le develare esos mensajes que usted no puede descubrí.